Carmen P.Flores. Periodista
Había una época en que el Estado financiaba a la industria del cine, ahora ocurre todo lo contrario y se lo voy a demostrar a lo largo de este artículo. La crisis económica nos ha cogido a todos de lleno, aunque, a unos más que otro, bien es cierto. Para la industria del cine amén de la crisis, la subida del IVA ha llevado a nuestro sector a una situación más que crítica y el pasado 2013 ha sido el peor de toda la historia del cine. Solo ha sido bueno para el ministerio de Hacienda que ha visto incrementados sus ingresos muy considerablemente, en detrimento de todo un sector que da empleo a miles de personas y que si no se buscan soluciones, la remontada del sector va a ser muy complicada. Y a los datos me remito.
David Morales. Presidente de la Asociación de Músicos Profesionales de Orquestas Sinfónicas (AMPOS)
La actualidad y futuro de nuestras orquestas sinfónicas en España es inquietante. La actual crisis económica que estamos atravesando está también creando un fuerte impacto en nuestras orquestas. Muchos son los actores que hacen que ello sea posible. El desproporcionado incremento del IVA cultural desde un 8 hasta un 21%, supone también una carga que está minando toda nuestra industria cultural. Las aportaciones públicas, principal sustento de la cultura de nuestro país, están sufriendo serios recortes que hacen peligrar su sostenimiento, futuro y solidez.
Mercedes Arancibia. Periodista
El imperio del periódico de papel está a punto de desaparecer engullido por el mercado de la información, más exactamente de la comunicación digital: una vorágine imposible de digerir en tiempo real de noticias, informaciones sin contrastar, rumores y cotilleos que tiene mucho que ver en el proceso de desafección del lector por lo que un día fue la principal fuente informativa del ciudadano.
Las preguntas -más bien las dudas- en torno al futuro del cine son parte cotidiana del debate de las industrias culturales en los últimos años, en particular con el ascenso del ocio doméstico (in-home) y del consumo frecuentemente ilegal de contenidos audiovisuales a través de las redes telemáticas, cada día más rápidas y ubicuas. La producción cinematográfica, sin embargo, no es la parte de la cadena de valor audiovisual que se está resintiendo de estas presiones, al menos así lo muestran los datos difundidos por UNESCO en el reciente informe Emergingmarkets and thedigitalization of the film industry (2013).
Javier Castro. Periodista
También la cultura se ha convertido al consumo, echando con ello por tierra aquélla visión de los románticos que la interpretaban como algo elevado, propio de las élites, un lujo al alcance de muy pocos. Y ello, claro está, acarrea la aparición de nuevas formas de expresión, una banalización de los contenidos y hasta una mutación del propio concepto de cultura. Por eso, poco puede extrañar del empeño en trazar líneas divisorias entre, por ejemplo, cultura, alta cultura o simple entretenimiento, con afán de originalizarse, como ocurrió con lahaute couture respecto al prêt-à-porter.
Eguzki Urteaga. Profesor de Sociología Universidad del País Vasco
La crisis económica que se inicia en septiembre de 2008 ha desembocado en una crisis cultural. Por una parte, las políticas de austeridad implementadas a lo largo de estos últimos cinco años han dado lugar a un incremento del desempleo y de la pobreza y a una disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos, lo que ha desembocado en una disminución de la demanda cultural. Por otra parte, el incremento de la presión fiscal sobre la cultura, con el aumento del IVA aplicado a los productos y servicios culturales (del 8% al 21%), y la disminución de las subvenciones públicas han impactado notablemente la oferta cultural, tanto cuantitativamente como cualitativamente.
A pesar de ser un Derecho Humano fundamental, las medidas de austeridad y lucha contra el déficit están poniendo en riesgo los logros de las últimas cuatro décadas en el acceso a la cultura, ya que cada vez menos personas pueden ejercerlo. Para muestra, un botón: España posee uno de los salarios más bajo entre los países de su entorno (753 euros frente a los 1.400 de Francia) y el IVA cultural más alto de toda la zona euro (las entradas al teatro se gravan con un 21 por ciento frente al 6,5 por ciento griego). El acceso a recursos culturales es básico en una sociedad con una democracia madura y de calidad.
GotzoneTotorica. Periodista
Los influyentes antropólogos Alfred Kroeber y ClydeKluckhohn compilaron en 1952 una lista de 164 definiciones de cultura, lo cual pone de manifiesto la complejidad del asunto. Sin embargo, "en nuestros días y de manera general, se interpreta la cultura como el conjunto total de los actos humanos en una comunidad dada, ya sean éstos prácticas económicas, artísticas, científicas o cualesquiera otras", se dice en Wikipedia. Toda práctica humana que supere la naturaleza biológica es, pues, una práctica cultural.
No resulta imprescindible solicitar avales académicos o legitimarse tras una avalancha de citas para constatar que la cultura goza, desde sus más remotos orígenes de un aura divina que, ciertamente, no se corresponde con su privilegiada relación con el poder.
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